Cuba
Estoy en Cuba y siento que retrocedo en el tiempo. A un tiempo muy lejano, donde todo está por hacer. No hay nada. Por suerte, ya que tampoco podría gozar de muchas cosas si las hubiesen. Un solo coche en kilómetros y kilómetros de autopista; una sociedad a medio construir. Hablo con la gente y me sorprende su alto nivel cultural, totalmente descompensado respecto a su nivel económico y, consecuentemente, a sus posibilidades de desarrollo. Todo ello me hace reflexionar, sobre los sistemas, sobre lo que es mejor o sobre lo que mejor se adecua a nuestra condición de seres humanos. Un verano. Un viaje.