Un niño pequeño sentía celos mientras la madre abrazaba al hermano grande, intentádolos separar.
Vamos creciendo y nos esforzamos por estar bien y estar en paz. Con este objetivo, vamos eliminando sentimientos que nos incomodan, como la posesión, la inseguridad, la rabia. En consecuencia, tenemos más autocontrol y nos vamos haciendo más fuertes individualmente.
Pero mientras perdemos nuestra parte más irracional, también crecemos hacia la indiferencia.
En fin, lectores, me preguntaba esta mañana qué seremos cuando dejemos de sentir.