Me explica Laurita, que se ha enterado de que su marido – Carlos, muerto seis años atrás- le había sido infiel esporádicamente a lo largo de su matrimonio.
Laurita se siente mal y traicionada. Hace seis años que no habla con Carlos, pero él es activo
y es presente en su memoria. Así pues, para ella, el amor que les unía todavía vive, y todo lo que el hiciera durante el tiempo que duró su matrimonio, a Laurita le duele saberlo.
Me pregunto, si un muerto que hace seis años que está muerto todavía tiene la posibilidad de hacer daño o de hacer bien, cuál es el principal efecto de la muerte?
La consecuencia más evidente del morir, es la falta total de comunicación, ya sea verbal, ya sea física. Al no renovarse un dialogo constante, el muerto poco a poco se va borrando de nuestra memoria. Hasta que pasa a ser un recuerdo difuminado.
Estos días estoy haciendo una intensa campaña en twitter para dar conocer mi página web, mi pintura.
Porque si no la difundo, la obra no permanecerá en la memoria de nadie. Y sin la memoria, la obra permanecerá muerta.
Os doy mil gracias a todos aquellos que, sin conocerme, me estáis siguiendo y estáis dando continuidad a mi proyecto. Me comprometo a contestar todos los mensajes cuándo sepa hacer funcionar el twitter de una manera lógica y ordenada.