Fragmentos de la Contra de la Vanguardia de la publicación del día 15 de enero del 2011:
“AMOR
Quizá tras varios chutes de dopamina esté un poco enganchada, pero si aparece la oxitocina está perdida, su cerebro la segrega en cantidad en cada orgasmo y es la responsable del apego: estar juntos aumenta la confianza y reduce el estrés.
DESAMOR
la serotonina está por los suelos y tus neuronas encargadas del placer ya no segregan dopamina: sufres síndrome de abstinencia; desesperado, tu cerebro pide volver a ver al amado; pero si él no corresponde, abstente, insistir es un suicidio hormonal.»
No hay duda de que desvelar que el misterio del amor es la complicidad de un conjunto de hormonas, le resta poesía.
Ahora bien, las posibilidades que nos dan estos datos no sólo son importantes respecto al Conocimiento, sino que también se deben de tener muy en cuenta desde un punto de vista sociológico, ya que pueden hacer que el mundo sea mucho mejor de lo que es.
Estar enamorado es una experiencia única: el amor nos hace ser mejores personas y la ilusión es fundamental para llevar una vida saludable.
Así pues, disfrutar de esta información permitirá situaciones como las siguientes:
Caso 1.
Enfermedad: Me cuesta enamorarme.
Receta:
Inyectar oxitocina.
Caso 2:
Enfermedad: Mi pareja me ha dejado y no sé cómo superarlo.
Receta:
Aumentar dosis de serotonina y dopamina.
Otro hecho positivo es que, el saber cuáles son las substancias que segregan mis hormonas en momentos claves, es también constatar un buen estado de salud, ya que si mi pareja me deja, será natural que tenga una reacción depresiva.
Parece que descubrir que el amor no tiene más trascendencia que el ser una reacción química, sea lo más similar a descubrir los orígenes de la existencia: Pienso en un espacio vacío, en nuestro planeta sostenido en medio de la nada, en energías en movimiento, en las constelaciones. Pienso en el hombre y en sus intestinos embarullados.
Podemos saberlo todo de ellos, pero nunca entenderemos el misterio de la Vida.